Now streaming on:
El grupo Jaguar-Land Rover cambia de identidad corporativa en el sector automovilístico para lograr objetivos ambientales en el 2039
El grupo británico Jaguar-Land Rover, perteneciente al conglomerado indio Tata, anunció un cambio de identidad corporativa en el sector automovilístico. En el marco del plan Reimagine, la compañía se reorienta y cambia su denominación, que pasa a llamarse JLR. Bajo este nombre se incluyen cuatro marcas: Jaguar, Range Rover (Land Rover, como tal, desaparece), Discovery y Defender.
Así, a partir de 2025, Jaguar será una firma de coches eléctricos muy exclusivos (dejará de fabricar ejemplares de combustión interna). Por su parte, Range Rover ofrecerá todoterrenos de lujo; Defender incluirá los modelos con las mayores aptitudes off road; y Discovery –todavía en fase de definición- seguramente corresponderá a aquellos automóviles de corte más funcional y familiar que combinan exclusividad y grandes capacidades fuera del asfalto.
Estas tres firmas se venderán en los mismos concesionarios, que verán desaparecer el mítico emblema oval verde de Land Rover (aunque la compañía recalca que seguirá siendo una parte esencial del ADN de JRL). El reenfoque de Jaguar para convertirse en una marca de coches eléctricos de lujo obliga a replantear su red comercial.
La previsión es lanzar seis modelos eléctricos de Range Rover, Discovery y Defender para 2026.
El objetivo de JLR es ser neutra de emisiones en 2039. Para alcanzar esta meta, es clave el desarrollo de coches electrificados. La previsión es lanzar seis modelos eléctricos de Range Rover, Discovery y Defender para 2026. El primero será la versión de cero emisiones del Range Rover, que se podrá reservar a finales de 2024. Le seguirá la correspondiente variante del Range Rover Sport.
En 2025 también aterrizará el primer Jaguar eléctrico de la nueva era (recordemos que actualmente ya se vende el SUV eléctrico I-Pace). Se trata de un gran cupé de cuatro puertas y unos 5 metros de largo, propulsado por un motor que eroga más de 600 caballos y una autonomía superior a los 700 kilómetros. Tras él, llegarán otros dos modelos construidos sobre la misma plataforma.
Para poder llevar a cabo este ambicioso plan de electrificación, la compañía invertirá 15.000 millones de libras en los próximos 5 años. Este montante servirá para realizar la adaptación de fábricas (la planta británica de Halewood pasará a ser totalmente eléctrica), desarrollar tecnologías de conducción autónoma, aplicar la inteligencia artificial a sus vehículos y formar adecuadamente a sus empleados.
JRL no tiene previsto cerrar ninguno de sus centros productivos actuales y prevé recuperar la cifra de 400.000 unidades fabricadas anualmente en cuanto se resuelva por completo la crisis de microchips que le ha impedid cubrir toda la demanda. Para el mercado español, esto se traduce en unas ventas de 5.000 unidades anuales.