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La impresión 3D es una de las técnicas más novedosas de la industria de la moda, pero está lejos de ser una opción sostenible
La moda se enfrenta a muchos retos sustentables y la impresión 3D de prendas de vestir es una tendencia que ha ganado popularidad en los últimos años. Esta se ofrece como una alternativa más eficiente y personalizada a la fabricación tradicional de ropa. Por ejemplo, el uso de materiales biológicos, así como reciclados pueden impactar positivamente en el medio ambiente. Sin embargo, una pregunta que muchos se hacen es si la impresión 3D en la moda es una opción sostenible.
La impresión 3D en la moda implica utilizar una impresora para crear prendas de vestir, accesorios u objetos que se puedan usar en el cuerpo de manera personalizada. Generalmente se utilizan materiales como plástico y tela, aunque ya existe la posibilidad de usar materiales biodegradables. Esta novedosa técnica permite una mayor flexibilidad en la creación de diseños, lo que significa que los diseñadores de moda podrían explorar formas y patrones que no serían posibles con la producción tradicional o en la confección.
En términos de sostenibilidad, la impresión 3D en la moda tiene algunas ventajas como utilización más eficiente de energía, ya que las impresoras 3D utilizan menos que los procesos de producción tradicionales. Esto podría ser una gran ventaja y ayudaría a ser una excelente herramienta para reducir la huella de carbono de los procesos industriales.
Además, los materiales utilizados en la impresión 3D a menudo son más respetuosos con el medio ambiente que los materiales utilizados en la fabricación tradicional de prendas de vestir. Por ejemplo, es posible utilizar materiales biodegradables en la impresión 3D, o incluso hacer experimentaciones con hongos, bacterias y demás que permitan generar nuevos textiles, los cuales podrían ser de gran utilidad en el mundo exterior. Esto significa que al final de su vida útil, la prenda se descompondrá sin causar daño al medio ambiente y se podría comenzar el famoso ciclo de las R desde otra perspectiva.
Sin embargo, aunque la impresión 3D en la moda tiene algunas ventajas ecológicas, también hay algunos desafíos importantes. En primer lugar, la producción de prendas de vestir con impresión 3D aún utiliza recursos que puede que en este momento no sean tan amigables con el medio ambiente, y aunque es más eficiente que la producción tradicional, todavía contribuye de cierta manera a la contaminación que produce el cambio climático. Sus principales materias pueden ser tóxicas para el medio ambiente y la salud humana; haciendo de la eliminación de estos materiales todo un desafío.
En cuanto al impacto social, la impresión 3D en la moda podría tener una importante repercusión positiva o negativa, dependiendo de cómo se utilice. Por un lado, la impresión 3D puede permitir la producción de prendas de manera más rápida y sencilla, lo que puede mejorar la economía de los países y reducir la dependencia de la producción en el extranjero. Por otro lado, si se utiliza para producir ropa barata y de baja calidad, puede perjudicar a los trabajadores y a la economía local.
Sin duda, la impresión 3D puede considerarse como una manera de hacer ropa bastante eficaz; sin embargo, los cambios y los accesos a impresoras y sobre todo a materiales que sean compatibles son aún bastante escasos. Hoy, la impresión se coloca como una de las opciones de diseño sustentable entre las marcas de moda líderes, cuya responsabilidad recae directamente en las empresas que busquen mejorar las condiciones de producción de moda.
Imagina que a partir de un futuro no muy lejano una marca de moda pueda mandarte un código de computadora para que tú mismo en tu casa, oficina o cualquier lugar donde tengas una impresora 3D puedas imprimir el modelo más reciente de la firma y así usarlo sin necesidad de salir de casa. Esto, podría pasar en un día no tan lejano, ya que hoy existen cada vez más marcas interesadas en imprimir y producir objetos, accesorios y ropa a partir del 3D-printing.