UNAM muestra el perfil común de fallecidos por COVID-19. Se trata de Hombres de 40 años y más, sin estudios ni empleos estables.
La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) presentó un estudio realizado por Héctor Hiram Hernández Bringas, Investigador definitivo de tiempo completo del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM adscrito al programa Estudios de Población.
El estudio analizó los datos oficiales y los certificados de defunción hasta el 29 de mayo para conocer las características de los fallecidos en el país.
El investigador apuntó que también fallecen menores de edad e incluso bebés.
Los datos señalan la existencia de una importante selectividad de la mortalidad por algunas condiciones demográficas y socioeconómicas.
“Se decía de forma demagógica que esta era una enfermedad de ricos, de personas con posibilidad de viajar. Pero en toda desgracia o catástrofe siempre son afectados los más vulnerables y esta no tenía por qué ser una excepción”, dijo a EFE al autor del estudio, Héctor Hiram Hernández.
El estudio “Mortalidad por COVID-19 en México. Notas preliminares para un perfil sociodemográfico”
Según el estudio el perfil más común con el 70 por ciento de los mexicanos fallecidos por COVID-19 son los hombres con escolaridad básica o sin estudios, entre los 40 y 69 años de edad y que no tienen un trabajo remunerado.
La mayoría de fallecidos, el 28.1 por ciento, corresponde a personas sin actividad económica remunerada -como personas que buscan trabajo, estudiantes o amas de casa- seguido de jubilados (12 por ciento) y empleados del sector público (11.7 por ciento), básicamente trabajadores del sector salud.
“En contraste, hay muy pocas personas que han fallecido que antes de morir ocupaban puestos directivos en el sector privado”, apuntó el experto.
“Dentro del conjunto de datos, la escolaridad es el que más claramente define el origen social porque está asociada con empleos precarios, bajos ingresos, vivienda precaria y sobre todo a la falta de acceso a la salud”, explicó Hernández.
El hecho de que la mayoría de las víctimas (51.6 por ciento) fallecieran en hospitales públicos de la Secretaría de Salud federal o estatal tiene una “interpretación muy clara”, dado que son centros médicos a los que acuden ciudadanos que no están asegurados o no tienen trabajo.
Los hospitales del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) concentran el 29.9 por ciento de los fallecidos, mientras que “en los hospitales privados han ocurrido solamente el 3 por ciento de las defunciones”, destacó el experto.
“Nos parece muy importante conocer este perfil de las personas porque nos permite repensar la estrategia seguida por las autoridades hasta ahora”, dijo el investigador.
Con este estudio, se sugiere definir estrategias de apoyo a las personas de escasos recursos que no han podido quedarse en sus casas. También identificar estrategias que apoyen a mejorar las condiciones de educación en la población más vulnerable.
Para conocer el estudio completo visita la página oficial.