El planeta necesita moda sostenible y regresar al slow fashion para cumplir con los objetivos del 2030
La moda sostenible pide a gritos regresar al slow fashion como una meta urgente para lograr los objetivos de la Agenda 2030 a favor del planeta. Si queremos cumplir, necesitamos vestirnos despacio porque hay prisa. Un estudio europeo informó que la producción textil es la responsable del 20% de la contaminación mundial de agua potable. Cada persona europea consume un 40% más de ropa en comparación con 1996. Al año, se compran 26 kg y se desechan 11 kg de productos textiles. Por eso, la slow fashion se levanta en contraposición con la urgencia de nuestro entorno natural.
La moda sostenible busca huir del fast fashion, el término inglés para describir la moda rápida tiene al planeta exhausto medioambiental, social y económicamente hablando. El bajo precio de las prendas es un aliciente para comprar y desechar a un ritmo acelerado. La industria de la moda es señalada por ser responsable del 2% al 8% de las emisiones mundiales de carbono y los textiles ya representan el 9% de los micro plásticos liberados a los océanos anualmente.
Con el objetivo de frenar estas prácticas, nació la Alianza de la ONU para una Moda Sostenible. Una organización que busca unir a diferentes actores para que la moda sea un motor a favor de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
El Pacto Mundial Red Española analiza e identifica soluciones a través de la innovación en ODS Año 7 para lograr la Agenda 2030, superar estos retos y acercar la industria textil hacia un modelo más sostenible, en línea con los ODS.
Asimismo, estudia cómo están liderando la innovación en otros campos como la alimentación sostenible o edificios e instalaciones sostenibles. Hoy queremos centrarnos en el sector de la moda sostenible, cuya información completa puedes descargarte en este enlace.
El modelo de negocio vira hacia la economía circular
Más de 7 de cada 10 materiales que entran en la industria textal terminan quemados o en la basura. A lo que habría que sumarle el 12% de los lotes defectuosos que nunca llegan al mercado. Después de su uso, sólo el 15% se reutiliza o recicla. Un escenario que alienta el cambio climático.
Para cumplir con la Agenda 2030, el sector textil debe vivir una auténtica transformación. El modelo circular tiene que abarcar tanto a la gestión de residuos como a la extracción de materias primas, la fabricación, su logística y distribución ¿Por qué? Porque cada uno de estos procesos deja impresa su huella ambiental. Contar con financiación y tecnología ayudaría a sustituir los procesos con mayor impacto. La industria 4.0 y la digitalización permitirían la eficiencia en los procesos.
Mientras el marco normativo europeo y nacional se endurece, las estrategias empresariales no pueden quedar ajenas a esta circularidad. Residuo cero, energías renovables, eficiencia energética o los sistemas de ahorro y consumo de agua están cada vez más presentes. Actividades que no sólo tienen un impacto positivo en el medioambiente, sino también en la cuenta de resultados.
El objetivo es reducir al mínimo los efectos sobre el cambio climático que están asociados al ciclo de vida del producto. Materiales reciclados, tejidos sostenibles, predicción de la demanda, aumento de la longevidad y calidad o un patronaje con mayor aprovechamiento son nuevas tendencias que se van implantando.
Desarrollo de materiales inteligentes y tejidos sostenibles
Para determinar la sostenibilidad de un producto hay que tener en cuenta cómo se ha cultivado, la materia prima, su procesamiento y reciclaje. Por eso, para reducir el impacto medioambiental, la moda sostenible apuesta por cultivos ecológicos y técnicas de procesamiento tradicionales en lugar de otros tratamientos que hacen uso de sustancias químicas.
Aquellas personas consumidoras que no quieren productos animales disponen de alternativas. En los últimos años, han surgido textiles 100% de origen vegetal como la fibra sintética 100% biodegradable proveniente de la celulosa de la madera o de algas marinas.
También, se apuesta por la segunda vida en la moda sostenible. Usar residuos como las redes de pesca abandonadas ayuda a la limpieza de mares de plásticos. Conjuntamente, el desarrollo tecnológico ayuda a dar una segunda vida para crear materiales inteligentes impermeables, transpirables, que protejan de los rayos UV o antibacterianos.
La investigación y las nuevas tecnologías hacen de los materiales sostenibles una tendencia en alza cada vez más demandada por la sociedad.