¿Qué provoca nuestros impulsos al comprar? Conozca cómo influye el diseño en nuestras elecciones y qué puede aprender de este para su beneficio.
Todo entra por los ojos, es cierto. Aquella advertencia de que no hay que juzgar un libro por su portada existe, precisamente, porque es lo que hacemos cuando pasamos por una vitrina y miramos los productos exhibidos.
Según un estudio de la consultora Nielsen, el 64% de los consumidores toma la decisión de comprar un producto estando en el punto de venta, y en la gran mayoría de los casos el factor influyente es el empaque. La decisión es cuestión de segundos y se hace inconscientemente, por impulso, de manera irracional, emocional.
«Un diseño atractivo y bien ejecutado puede ser la diferencia entre que un consumidor elija un producto en particular o se decante por otro y solo tenemos aproximadamente 3 segundos para convencerlo», explica Oliver Montiel, director de la agencia de branding Bold y docente de diseño en ESDESIGN.
Para ser más exactos, según el neuromarketing, el tiempo para convencer a un comprador es de solo 2,5 segundos. Los diseñadores se lo tienen que jugar todo por el todo para lograr destacar entre la competencia, que día a día es mucho más amplia y desafiante, en un mercado saturado de información.
Para ello, la clave es construir una comunicación verbal y visualmente sólida, que transmita los valores y la personalidad de la marca de manera asertiva, yendo más allá de la parte racional del consumidor.
5 consejos para hacer destacar tu marca con un diseño ganador
Para destacar la importancia del buen diseño en el posicionamiento de una marca o producto, Oliver Montiel nos da 5 consejos para ganarse la atención del consumidor:
Adaptarse a la tecnología: con la inteligencia artificial y la realidad virtual, se amplían los canales de comunicación para las marcas y el diseño debe estar a la vanguardia, acoplándose a estas novedades, para poder llegar a sus clientes, que más que clientes son usuarios, y comunicarles el valor único de su producto.
Personalización: la marca debe transmitir humanidad, personalidad, para así poder comunicarse con su audiencia y conectar más allá de su forma y contenido. Asimismo, desde la técnica debe resolver o satisfacer las necesidades únicas y particulares del usuario, para que este sienta que el producto está pensado exclusivamente para él. Esto crea una experiencia unipersonal invaluable.
Innovación: hay que atraer la atención del usuario, la marca tiene que estar en la búsqueda de diseños únicos, que se salgan de lo usual, que transmitan emoción, personalidad y un valor agregado.
Responsabilidad social y sostenibilidad: los usuarios se preocupan cada vez más por el impacto ambiental de lo que consumen, y las marcas deben pasar del discurso al hecho en su participación de los temas actuales. Muchas marcas en el mercado hablan de responsabilidad social y sostenibilidad, pero en la ejecución no cumplen. Lograr la coherencia entre el discurso y la acción es clave, más aún, en tiempos digitales donde valores como la verdad y la realidad se han ido desvaneciendo.
Conexión emocional: hay que conectar emocionalmente con el usuario, reflejando mediante un buen diseño la personalidad y los valores de la marca. Pero no se trata solo de la parte visual, sino de lo que llamamos «design thinking» o «branding», que implica investigar, conocer y crear una estrategia para poder transmitir acertadamente lo que la marca quiere comunicar.
«Si una marca no tiene una identidad clara y coherente, puede ser difícil para los consumidores comprenderla y conectar con ella», concluye el experto en diseño.
Estamos en un mundo ultra competitivo y saturado de información. El diseño estratégico e innovador puede ser el determinante entre el éxito o el fracaso de una gran idea.