Vishing: una amenaza creciente para el sector financiero

El vishing, una combinación de "voice" (voz) y "phishing", es una amenaza creciente que afecta especialmente al sector financiero

El vishing, una combinación de "voice" (voz) y "phishing", es una amenaza creciente en el mundo de la ciberseguridad que afecta especialmente al sector financiero. Este tipo de ataque se basa en la ingeniería social y utiliza llamadas telefónicas fraudulentas para engañar a las víctimas y obtener información confidencial, como contraseñas y detalles bancarios.

"En Ecosistemas, entendemos que la seguridad de la información es fundamental para mantener la confianza de los clientes y la estabilidad del sector financiero. Con el aumento de amenazas como el vishing, es imperativo que las instituciones financieras implementen soluciones de gestión de riesgos robustas que protejan la información sensible, aseguren el cumplimiento de la normatividad vigente y refuercen la confianza del cliente”, Fernando Gastron, director general de Ecosistemas.

El vishing se caracteriza por la manipulación psicológica de los usuarios a través de llamadas telefónicas que se presentan como provenientes de fuentes confiables. Los atacantes suelen utilizar tecnologías de falsificación de identificadores de llamadas para parecer legítimos, aumentando así la probabilidad de que las víctimas confíen en ellos. Los riesgos asociados con el vishing incluyen la suplentación de identidad, el acceso no autorizado a cuentas bancarias y la divulgación de información personal sensible, lo que puede llevar a pérdidas financieras significativas y dañar la reputación de las instituciones afectadas.

Para mitigar estos riesgos, Ecosistemas, una empresa líder en soluciones tecnológicas, ofrece una gama integral de servicios especializados en la gestión de riesgos de ciberseguridad, específicamente diseñados para el sector financiero. Estos servicios no sólo están enfocados en proteger la información confidencial, sino también en garantizar la continuidad operativa y el cumplimiento de las normativas regulatorias.

 

  1. Análisis exhaustivo de riesgos: se realiza una evaluación detallada del nivel de exposición a riesgos cibernéticos, identificando vulnerabilidades críticas en la infraestructura de TI. Esto permite a las instituciones priorizar sus esfuerzos de seguridad y establecer medidas preventivas efectivas.

 

  1. Implementación de controles de seguridad avanzados: se hace un despliegue de controles de seguridad basados en las mejores prácticas internacionales y alineados con la normativa vigente. Estos controles incluyen tecnologías de encriptación de última generación, autenticación multifactorial y monitoreo continuo de la red, entre otros.

 

  1. Establecimiento de un Centro de Operaciones de Seguridad Informática (ISOC): el ISOC está compuesto por un equipo de expertos en ciberseguridad que supervisa de manera proactiva toda la infraestructura de tecnologías de la información, las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Este equipo está preparado para detectar y responder a incidentes de ciberseguridad en tiempo real, garantizando una respuesta rápida y eficaz ante cualquier amenaza.

“El manejo de grandes volúmenes de información financiera y personal hace que las instituciones financieras sean un objetivo atractivo para los ciberdelincuentes. La implementación de soluciones de gestión de riesgos permite a estas organizaciones identificar y mitigar vulnerabilidades en sus sistemas antes de que puedan ser explotadas. Esto incluye la protección contra accesos no autorizados, la suplatanción de identidad y la manipulación de datos financieros, que podrían resultar en pérdidas económicas significativas”, Sergio Mora, CTO de Ecosistemas.

Implementar estas medidas de forma preventiva permite identificar y mitigar vulnerabilidades antes de que sean explotadas, protegiendo así la información confidencial y asegurando la continuidad operativa. Además, mantener estas soluciones actualizadas de manera constante es crucial para adaptarse a las nuevas amenazas y cumplir con las normativas en evolución. Al hacerlo, las instituciones financieras protegen sus activos y la información de sus clientes, además, que también fortalecen la confianza y la lealtad del cliente, consolidando su reputación en un entorno altamente competitivo.