Por nuestros ojos, nariz y boca entran bacterias y virus. Aquí te damos ideas para evitar estarte tocando la cara.
Hay una razón por la cual los humanos somos susceptibles durante los brotes de enfermedades como el de Covid-19: seguimos tocando nuestras caras.
¿Por qué nos tocamos tanto la cara?
Si bien la mayoría de las especies se tocan la cara como un ejercicio de aseo o como una forma de ahuyentar a las plagas, los humanos y algunos de nuestros primates también lo hacen por todo tipo de razones.
Martin Grunwald, psicólogo de la Universidad de Leipzig, Alemania, dice que tocarse de esta manera es un "comportamiento fundamental de nuestra especie”.
Los auto-toques son movimientos de autorregulación que generalmente no están diseñados para comunicarse y con frecuencia se logran con poca o ninguna conciencia y desempeñan un papel clave en todos los procesos cognitivos y emocionales. Ocurren en todas las personas.
Tocar nuestras caras puede actuar como una especie de mecanismo de alivio
Según Dacher Keltner, psicólogo de la Universidad de California, Berkeley. Algunas investigaciones han demostrado que el contacto piel con piel produce la liberación de la hormona oxitocina, que puede ayudar a aumentar la calma y reducir el estrés.
En otras ocasiones, usamos el tacto de la cara inconscientemente para coquetear, dice Keltner.
Otros expertos creen que el contacto personal es una forma de ayudar a controlar nuestras emociones y capacidad de atención.
¿Qué podemos hacer al respecto?
Es muy difícil dejar de tocarnos la cara de un día para otro, pero si podemos ser más consciente de la frecuencia con la que lo hacemos.
Construir un comportamiento sustituto
Cuando se trata de una necesidad física como una picazón, podemos tratar de usar la parte posterior del brazo. Reduce el riesgo, incluso si no es una solución ideal.
Descubrir por qué nos estamos tocando la cara
Si reconocemos situaciones que provocan el contacto, podemos actuar sobre ellas. Las personas que se tocan los ojos pueden usar lentes de sol. O simplemente sentarse en sus manos cuando sienten que el contacto puede ocurrir.
Hacer notas para uno mismo
Algo que te recuerde no tocar la cara también pueden ser útil.
Mantener nuestras manos ocupadas
Conseguir una bola de anti-estrés, por ejemplo, hará que nuestros pulgares están inactivos. Pero juguetear con los objetos también aumenta la cantidad de superficies que estamos tocando, por lo que deben desinfectarse con frecuencia.
El uso de guantes ofrece poca protección, ya que aún pueden detectar el virus y propagar la contaminación, además no evitar tocarse la cara por completo.
La Organización Mundial de la Salud recomienda lavarse las manos con frecuencia, mantener la distancia de los demás y evitar el contacto físico, como darse la mano.
Tratemos de ser consientes de no tocarnos la cara, esperamos que estas ideas te sean útiles.
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