600 millones de horas perdidas en traslados a oficinas en grandes urbes como la CDMX y Sao Paulo antes de la pandemia.
En 2019 se perdieron 600 millones de horas en traslados a oficinas en urbes como Sao Paulo y la Ciudad de México. De acuerdo con la publicación de “Congestión urbana en América Latina y el Caribe: características, costos y mitigación”, del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Este número de horas perdidas por congestionamiento son equivalentes al 9% y 8% de las horas trabajadas promedio a la semana. El reporte del BID indica que estas pérdidas representan en términos económicos entre 1.1% y 0.5% del PIB.
En lugares como Lima, Bogotá, Río de Janeiro y Buenos Aires se superaron las 300 millones de horas. Para el regreso a las actividades presenciales en oficinas, un factor que deberían considerar las empresas y los gobiernos es el tiempo en traslados que pierden los trabajadores, y si un modelo híbrido sería su mejor opción.
Diego León, analista de la división de Investigación de mercados de Newmark, considera que deberían evitarse las concentraciones de trabajadores desplazándose en las mañana y tardes en las horas pico o embotellamientos, como era antes de la pandemia.
No solo por el riesgo de contagio, sino por las altas tasas de contaminación que eso representa. Se requiere de una infraestructura adecuada en transporte público en las grandes urbes para el regreso a las actividades presenciales.
Las horas pérdidas en el transporte público o en coche tienen repercusiones en la economía
El reporte del BID también indica que estas pérdidas representan en términos económicos: 1.1% del PIB de Buenos Aires, Montevideo y Sao Paulo; 1% de Santiago; 0.9% de Bogotá y Río de Janeiro; 0.8% de Lima; 0.7% de Santo Domingo; y 0.5% de San Salvador y México, solo por el congestionamiento vial en dichas ciudades.
De acuerdo a un informe del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), solo 1.2% del presupuesto federal se destina a movilidad, y según datos de la última Encuesta Origen-Destino elaborada por el INEGI, para ir al trabajo en la Zona Metropolitana del Valle de México:
El 45 % de los viajes se realizó en transporte público, 32 % caminando, 21 % en auto y solo 2% en bicicleta.
La contaminación, el transporte público y los traslados a la oficina
A su vez, son innegables las formas de contaminación del transporte público, en el que, de acuerdo con el “Análisis de la movilidad urbana. Espacio, medio ambiente y equidad” del Banco de Desarrollo de América Latina, se puede resumir en:
Contaminación de olor y visión
Presencia de contaminantes en el aire
Smog
Lluvia ácida
Efecto en la capa de ozono
Efecto invernadero
Estos, según la misma publicación, se identifican por la producción de contaminantes emitidos por medios de transporte como óxidos de nitrógeno, gas carbónico, dióxido de carbono, partículas líquidas o sólidas, plomo y ozono; que son generados de forma contundente y en gran medida por el transporte individual.
“Priorizar el acceso a transporte público de calidad entonces posee un gran valor. Un análisis de Site Selection enfocado tanto en la ubicación de los trabajadores de una empresa y la búsqueda de localizaciones con acceso a transporte público masivo como”, dijo el especialista.
Agregó que aún mejor, aquellas ubicaciones donde se encuentre infraestructura para poder desplazarse en bicicletas será—como se ha demostrado a lo largo de la cuarentena— un modo de transporte seguro y saludable tanto para la persona como para el medio ambiente.
La reconversión de los espacios públicos
Destacó que en Europa, según un artículo publicado por The Guardian en marzo pasado, una encuesta entre 21 ciudades dio como resultado que el 64% de las personas no quiere regresar a los niveles de contaminación pre-pandemia; 75% están dispuestos a reconvertir en espacio público el destinado a autos y 21% planea usar más la bicicleta después de la cuarentena.
En Barcelona, se construyeron 20 kilómetros de ciclovías en el verano pasado para atender a la población que evitaba el transporte público y se espera que para 2024, su red sume 300 kilómetros. Mientras que en Milán han reportado un incremento de hasta 122% de ciclistas al día, en París llega a 70% y en Lisboa se reporta en 25%.
Los modelos para reconvertir los espacios públicos
En algunas ciudades, las ciclovías emergentes ya ven su consolidación hacia permanentes. Por ejemplo, en México esta infraestructura comenzó a construirse en 2002 y hoy existen 130 ciclovías, 53 ciclocarriles, 29 carriles bus-bici, 28 carriles con prioridad para bicicletas y 18 ciclovías compartidas, de acuerdo con información del Gobierno de la Ciudad de México, modelo que se ha ido replicando poco a poco de ciudad en ciudad del país.
“ Es importante preguntarnos cómo regresamos a las oficinas para que sea sostenible el “equilibrio” sanitario, por lo que se requieren soluciones creativas que incluyan el reconocimiento del verdadero valor de la infraestructura de movilidad y el uso de transporte ecológico, seguro y saludable que reduzca el impacto en la calidad del aire en las zonas urbanas densas, propias de los principales corredores de oficinas en Latinoamérica”, finalizó el analista de la división de Investigación de mercados de Newmark.
Con información de BI México.