SpaceX prueba con éxito un propulsor de cohetes masivo Super Heavy

SpaceX prueba con éxito un propulsor de cohetes masivo Super Heavy

SpaceX fundada por Elon Musk llevó a cabo con éxito lo que se conoce como fuego estático de Super Heavy, un propulsor de cohetes masivo. Super Heavy se hizo con el fin de enviar la próxima generación de la nave Starship de SpaceX a la órbita, antes de regresar a la Tierra.

Combinados, Super Heavy y Starship miden cerca de 120 metros de altura, más que la Estatua de la Libertad. Actualmente, la NASA está pagando a SpaceX para construir una versión del vehículo para llevar astronautas a la superficie lunar para las misiones Artemis III y IV, previstas para finales de la década. La nave espacial es una pieza clave en la proyección que tiene Musk de enviar personas, y los suministros necesarios, a Marte.

El Starship está diseñado para ser completamente reutilizable, y el propulsor Super Heavy está diseñado para aterrizar de una forma similar a los propulsores del actual Falcon 9, también de Space X, el cohete lanzado con más frecuencia en el mundo. Starship está diseñado para entrar en órbita y luego regresar a la Tierra, dando oscilaciones a través de la atmósfera para reducir la velocidad antes de girar a una orientación vertical para aterrizar.

Antes de que el cohete despegue del suelo para una prueba orbital, SpaceX todavía necesita obtener una licencia de lanzamiento de la Administración Federal de Aviación (FAA), a cargo de garantizar la seguridad de las personas en tierra.

El pasado junio, la FAA había concluido que los lanzamientos de SpaceX no supondrían un impacto significativo en las áreas circundantes de Brownsville, Texas; aunque requirió que SpaceX tome 75 acciones para mitigar los efectos ambientales, incluido el aviso previo de lanzamientos, el monitoreo de la vegetación y la vida silvestre a cargo de biólogos, y la minimización de los cierres de una ruta que pasa por la zona de SpaceX.

Según Space News y CNBC, Shotwell planteó un futuro ambicioso para Starship. Este plantea el aumento de vuelos a 100 por año para 2025; además de suponer 100 lanzamientos de prueba previos a la práctica de mandar humanos a bordo. Una versión de la nave Starship es parte de la misión Artemis III de la NASA programada para 2025, que consiste en llevar a los astronautas de la órbita lunar a la superficie de la luna.

La compañía de Musk incluye también tres misiones privadas para Starship en su manifiesto. Estas corresponden a tres hombres: Jared Isaacman, quien previamente compró un viaje orbital en un Falcon 9; Yusaku Maezawa, un empresario japonés; y Dennis Tito, el primer particular en comprar un viaje a la Estación Espacial Internacional en 2001, que también compró vuelos de Starship para dar la vuelta a la luna y regresar.