Ayer se presentó el evento de Apple de octubre y los críticos lo resumen como el peor de la historia, la compañía de Tim Cook parece cansada y extrañamente sin humor.
Los eventos de Apple se esperan cada año por fanáticos y líderes de tecnología por sus innovadores lanzamientos. Sin embargo, ahora parece realmente extrañar la creatividad de Steve Jobs y su capacidad de presentar calcetines para iPod y descubrir más tarde que realmente se podían comprar.
Lo que es más importante para los fieles a Apple, era una señal de que este no era, y nunca sería, un conglomerado tecnológico aburrido. Todos los eventos de Apple han tenido algún elemento de entretenimiento en su ADN. Tim Cook, aunque no tiene el mismo nivel de showman que Jobs, entiende la importancia de los momentos memeables, como la sonrisa tortuosa después de arrancarse la máscara durante un evento del 20 de abril diseñado sutilmente para fumados.
Pero la diversión se detuvo bruscamente durante el evento de Apple del lunes, en el que hubo muy poco que anunciar (nuevo nivel de precios de Apple Music, nuevos colores de HomePod, apenas nuevos AirPods) y suficientes especificaciones técnicas de un par de chips de computadora portátil confusos. El limpiador de pantalla de $19 dólares se roba la atención del evento por su precio. La keynote duró 50 minutos, lo que la convirtió en la más corta de Apple.
No se trata de valor de entretenimiento; es un indicador de que la empresa se está quedando sin fuerza creativa. Apple fue ampliamente criticada, incluso por los fieles de Macworld, por tener poca tecnología nueva con la que sorprender en el evento de lanzamiento del iPhone 13 de septiembre. Pero al menos cubrió ese hecho con una vibrante carta de amor al estado que lo dio a luz. Un mes después, al departamento de marketing pareciera que no le queda nada en el tanque.
Tal vez esto cambie cuando regresen los eventos en vivo dirigidos por Tim Cook en 2022. Mientras tanto, es la propia Apple la que está comenzando a parecer una broma y una particularmente rancia. La compañía, por fin, se está convirtiendo en un conglomerado tecnológico aburrido y sencillo con las keynotes más populares.
Al menos siempre puede encontrar consuelo en los fanáticos incondicionales que defenderán cualquier cosa que haga la compañía, incluso los precios súper elevados. En algún lugar, incluso el fantasma de Steve Jobs seguirá sonriendo.