El problema de la moda con mujeres mayores de 50 años: Una brecha de representación.
La moda, siempre dinámica y en constante evolución, enfrenta un dilema significativo en la actualidad: la representación de mujeres mayores de 50 años. Aunque este segmento de consumidores representa entre el 45% y el 50% del mercado, la industria sigue lidiando con desafíos en la comunicación que realmente conecten con este grupo demográfico.
A medida que los millennials entran en su cuarta década, la industria de la moda, que inicialmente los consideró herederos naturales, ahora los percibe como "veteranos" a los ojos de la nueva generación Z. Con el negocio del vestir proyectando que el gasto de los mayores de 50 alcanzará los 15.000 millones de euros en los próximos 20 años de acuerdo con una investigación del País, se revela una oportunidad lucrativa y, al mismo tiempo, una falta de atención en la representación visual y comunicativa de este grupo.
A pesar de que los estudios demuestran que los consumidores mayores de 50 años son una fuerza importante en el mercado, la moda parece resistirse a incluirlos de manera auténtica en sus mensajes y propuestas. Este fenómeno se ve agravado por la preferencia de la industria por centrarse en los millennials y centennials, quienes actualmente dominan el segmento del lujo valorado en 200,000 millones de euros.
La representación en la moda es una cuestión de identificación. Mientras las estadísticas indican que las mujeres de más de 50 años están más conscientes de su estilo y hacen compras con regularidad, la falta de imágenes que reflejen sus experiencias y gustos crea una desconexión palpable. A pesar de representar una parte sustancial del mercado, los consumidores de más de 50 años rara vez se ven reflejados en campañas, desfiles de moda y catálogos.
El informe True Luxury Global Consumer Insight 2023 destaca que la moda y la cosmética parecen dirigirse más a las generaciones más jóvenes, dejando a los consumidores mayores en segundo plano. Este enfoque se intensifica con el advenimiento de diseñadores que priorizan la estabilidad comercial sobre la innovación radical, creando colecciones menos arriesgadas y más orientadas a las necesidades de consumo convencionales.
Estrategias de branding dirigida específicamente a mujeres de 40 años en adelante, son una excepción en la industria y destacan la falta de representación intergeneracional en la moda.
En un momento de incertidumbre financiera y cambios en las tendencias de consumo, la moda parece centrarse en estrategias más conservadoras, prefiriendo propuestas de alto potencial comercial y menos orientadas a apelar a las juventudes. Esta táctica se refleja en la elección de diseñadores que priorizan la estabilidad económica sobre la innovación arriesgada.
Aunque la moda ha dejado de temer a las arrugas, como lo evidencian las destacadas apariciones de mujeres mayores en campañas, todavía queda un largo camino para lograr una representación genuina e inclusiva. En una sociedad envejecida, la moda enfrenta la necesidad de adaptarse y reflejar la diversidad de edades, reconociendo que la elegancia y el estilo no tienen límites de edad. Como señaló Karl Lagerfeld, la moda nunca ha sido democrática, pero la industria podría reconsiderar esta premisa en su evolución futura.