En este año, México podría enfrentar dificultades si la economía de Estados Unidos, el primer socio comercial del país, se desacelera.
Después de haber sido constantemente sorprendida por su resiliencia en 2023, la economía de México se enfrentará a varios desafíos en 2024, incluyendo la posibilidad de una desaceleración global y de Estados Unidos, según Citibanamex.
En la publicación titulada Examen de la situación económica de México. En el cuarto trimestre de 2023, los analistas del banco dijeron que en 2024 se agregarían riesgos relacionados con ciclos electorales en ambos lados de la frontera norte; una desaceleración prevista en México y Estados Unidos, así como la falta de coordinación entre las políticas fiscales y monetarias.
Proyectamos un aumento del 2,2% del PIB para 2024. Según él, se observa una disminución en la actividad debido a las previsiones de una disminución en la economía global y en los Estados Unidos, una disminución gradual en el mercado laboral y las elevadas tasas de interés reales.
¿Cuáles son los elementos que podrían beneficiar a la economía de México en 2024?
A pesar de los desafíos, Citibanamex afirmó que algunos de los riesgos que amortiguarían la desaceleración serían la política fiscal procíclica que se implementará en 2024 en respuesta a las tendencias del nearshoring.
Enfatizó que la situación económica de México sigue siendo complicada, a pesar de las cifras positivas en la actividad económica y las disminuciones en la inflación.
En cuanto a la inflación, el informe anticipa un aumento del 4.36 por ciento en diciembre, aunque reconoció que el proceso de desinflacionario ha progresado en el país.
“Para el primer trimestre de 2024, anticipamos que la inflación retomará su trayectoria descendente a medida que la actividad económica y el consumo se desaceleren y ante los efectos acumulados de la apreciación del peso mexicano”, dijo.
Mientras tanto, advirtió que la política fiscal expansiva prevista para 2024 aumentará el riesgo en la trayectoria de la inflación. En este contexto, proyectó un indicador general del 4.3 por ciento y un indicador subyacente del 4.5 por ciento para el cierre de este año.
Concluyó diciendo que la falta de coordinación entre la política fiscal y monetaria podría generar nuevos desequilibrios macroeconómicos.