España acaba de decretar la Ley de Influencers generando opiniones divididas y expectativas de réplica en Latinoamérica.
La reciente implementación de la Ley de Influencers en España, bajo el Real Decreto 444/2024, ha suscitado una variedad de opiniones en la sociedad española, y podría plantear un modelo replicable a futuro en Latinoamérica con sus aspectos positivos y preocupaciones. En diferentes foros de opinión como X (Antes Twitter), la conversación gira en torno al ejemplo que España está poniendo para regular a los influencers.
Se reconoce como influencer:
Ingresos: +300.000 euros.
1M de seguidores en una plataforma o 2M en total de sus propiedades digitales.
Al menos 24 vídeos publicados al año.
Quienes cumplan esto deben inscribirse en el registro de prestadores audiovisuales.
En cuanto a los aspectos positivos, la ley se destaca por su enfoque en la transparencia y la protección del consumidor. Requerir que los influencers identifiquen claramente el contenido publicitario y patrocinado proporciona una mayor claridad a los consumidores, lo que les permite distinguir entre información objetiva y promoción pagada. Este enfoque podría ser altamente beneficioso en Latinoamérica, donde la regulación de la publicidad en línea aún está en desarrollo y se requiere una mayor protección al consumidor.
Asimismo, la regulación del mercado mediante la definición de requisitos claros para que los influencers operen como empresas podría contribuir a nivelar el campo de juego y proteger a los consumidores de prácticas engañosas. Esto podría ser particularmente relevante en países latinoamericanos donde el mercado de influencers está en constante crecimiento y aún no está completamente regulado.
La protección de los menores mediante la prohibición de la publicidad de productos nocivos en plataformas accesibles para ellos también es un aspecto positivo que podría ser replicado en Latinoamérica, donde la protección de los derechos de los niños y adolescentes en línea es una preocupación creciente.
Sin embargo, las preocupaciones sobre la posible limitación de la libertad de expresión, la dificultad para la aplicación y el exceso de burocracia también deben ser consideradas al evaluar la replicabilidad de esta ley en Latinoamérica. Es crucial encontrar un equilibrio entre la protección del consumidor y la preservación de la libertad de expresión y la creatividad de los influencers.