“Orbitar” una evolución del Ghosting para ligar, te contamos en qué consiste esta tendencia.
Seducir siempre ha sido un arte en el que algunos destacan más que otros y que, sobre todo, se necesita un esfuerzo extra por parte del seductor para conquistar al objeto de sus deseos.
El Internet y las apps para ligar cambiaron nuestra forma de ver el romanticismo, había que reinventarlo. Y con esto comenzaron a surgir nuevos términos, como “orbitar”.
Qué significa "orbitar"?
La última tendencia en ligar online, bautizada como "orbitar" consiste en estar al tanto de lo que acontece en la vida del otro gracias a las redes sociales. Comentan todo lo que sucede en las cuentas de Facebook, Twitter o Instagram, pero sin dar un paso más allá. Tampoco responden a los mensajes directos de la persona a cuyo alrededor orbitan como si fuera un satélite (pero con menos utilidad que la luna).
Gracias a Internet y las apps para ligar conocer al nuevo amor de tu vida puede ser tan fácil como rellenar un formulario online o comprarse un modelito en nuestra tienda favorita.
Pero entre selfie y selfie y tras esa primera criba que se produce fácilmente y sin conocerse en persona, luego hay que esforzarse en el intercambio de mensajes, whatsapps y mails para convencer al otro de que somos interesantes (de verdad) y que tenemos más chispa dialogando. Nada que ver con "orbitar", la última moda para ligar online.
Una evolución del Ghosting
Anna Lovine, que acuñó la expresión, explicó la tendencia así: la persona que practica "orbitar" te mantiene "suficientemente cerca para que ambos se puedan observar; suficientemente alejada para nunca tener que hablar".
Es doblemente frustrante que ser víctima del "ghosting", lo que no parecía posible.
Para su inventora, orbitar es una evolución del ghosting (el fenómeno virtual del que ya hemos hablado en artículos como este y que es el nuevo "irse por tabaco y desaparecer para siempre") y estos observadores compulsivos de nuestros perfiles en redes sociales manejan las distancias online para estar lo suficientemente encima del objeto de sus deseos, pero al mismo tiempo lo suficientemente lejos como para que la comunicación directa sea imposible.
A diferencia de los que practican el ghosting, los que practican el orbitar no desaparecen por completo del mapa (de nuestras redes sociales). Están presentes a diario y entran en los perfiles de la otra persona, incluso a veces dejan comentarios que no les comprometen a nada, un camino de migas de pan virtuales para dejar claro que pasaban por allí, pero que no van a llegar a nada. En resumen: los practicantes del fenómeno de orbitar prefieren planificar una estrategia de seducción complicada, en vez de demostrar directamente su interés. Y, claro, los resultados son mucho más discretos, porque con la moda de "Orbitar" nunca pasa nada de nada